martes, 1 de julio de 2008

Por primera vez en Punta Arenas

Si alguna vez pensé que Punta Arenas era el final de Chile, me equivoqué. El último fin de semana de Junio (2008) visité por primera vez la región de Magallanes, era Punta Arenas la única capital de región que me faltaba por conocer, ...volví con otra visión de la zona.
Para mi pasillo por favor, le dije a la niña del mesón que me pareció un extensión un hardware más de su computadora, automátamente registró mi petición. Al entrar en la cabina me lleve la desagradable sorpresa que ya estaba sentado en mi puesto un guatón, que me miro con car’e de lata y se tomó su tiempo en ubicarse en su puesto, una vez sentado mire para todos lados para ver si habían butacas vacías, si no había otra disponible el periplo partía mal, apenas cerraron las puertas hice un gesto pidiendo autorización a la azafata y logre librarme de ese “compañero de viaje” ultimo de rasca, por el celular trataba de “perro” a su “brother” puaj.
Ni me percate que el avión ya estaba volando y trate de ojear algo en la típica revista que ponen en el bolsillo delantero, cuando cacho que vamos por sobre uno de los campos de hielo, chuta no haber elegido ventana pensé, a duras penas alcanzaba a otear por las pequeñas mirrillas del avión el enorme hielo, una masa blanca interminable, debe ser espectacular estar ahí, medio loco también.
El Aeropuerto de Punta Arenas, sin ser una gran obra del diseño nacional me deja claro que el nuestro no es mas que un galpón rasca, siempre he pensado que hemos tenido mala suerte con nuestras autoridades que son incapaces de ver lo que la Arquitectura aporta, que no basta solo con solucionar las carencias de espacios. Alcaldes poco visionarios, Intendentes con poca personalidad y cultura tienen regada la región de edificios mediocres, feos y que no dan cuenta de que estamos en la patagonia, harta culpa de los colegas que son sus asesores directos y no trabajan por resaltar el diseño arquitectónico.
En fin ya voy en el transfer al centro de la ciudad y nos tienen reserva en un hotel al lado de la plaza principal, eso ya deja en claro que estamos en provincia, no creo que solo sea buena suerte que el hotel este justo, justo en el centro de la ciudad, es porque no hay mas centros.
Repartirnos en las habitaciones, avisar que ronco para que el que se quede conmigo no alegue después y una improvisada reunión en el comedor del hotel. Me hacen temer que no voy a poder salir a conocer la ciudad con luz de día, ya a las 17:00 se esta oscureciendo, apenas puedo salgo a recorrer y en la segunda esquina me encuentro con un palacete la casa de Sara Braun Hamburger, si me topo con esa casa en Buenos Aires, en Berlín y tal vez en Santiago, paso sin mas, pero en Punta Arenas es otra cosa ¿cómo y porque? existe esa casa en Punta Arenas, por mil pesos me permiten recorrerla y tomar fotos, evidentemente había plata, poder, desequilibrio, tomo algunas fotos y medito varias ideas, que aún no logro cuajar, voy a tener que leer del lugar para entender. Ya en la calle respirando un aire frió fresco agradable a la vez que recorro una fea calle comercial, donde se venden miles de cosas que en general me parecen superfluas innecesarias, y pienso que esa calle es igual y una mas que cualquier calle comercial de cualquier ciudad de Chile en las cuales el señor comercio con su descaro, desenfado, inunda la imagen urbana, con letreros de Loto, comida rápida, ofertones y bulla, recorrer esa calle es estar en cualquier lugar y pensar que los colegas y uno mismo no esta conciente del daño que hace al proyectar, ¿como los que intervinieron esa vía en el centro urbano no fueron capaces de ver que no están aportando nada? y me inquieta pensar que a lo mejor yo estoy haciendo lo mismo en Coyhaique.
A la mañana siguiente empieza el trabajo la suerte que es en otra de esas casas enormes y poderosas de la zona la de José Menéndez, además justo al lado de la de Sara Braun Hamburger, un salón, el comedor de la casa, espectacular, una gran mesa realizada por carpinteros con oficio que además dejaron su arte en el mobiliario y en las ornamentaciones del espacio, tipos con oficio, no cabe duda. Para mi todo era nuevo, la gente, el lugar, los temas, así es que las sesiones se me pasaron con rapidez.
Un colega Arquitecto, el director anfitrión de la actividad me da tres datos para conocer la gastronomía de la ciudad, damiana elena, el remezón y la marmita, con la Directora chaperona de nuestro grupo logro un mediodía escaparme a la Marmita, es el único que atiende a esa hora, un lugar muy ambientado (tal vez demasiado), en el comedor tiene una cocina a leña funcionando, donde calientan el café (tal vez mas cosas, pero el café lo vi) el bar lleno de botellas encima de un banco carpintero, que yo creo que aún funciona, hay onda en el lugar, tal vez repetida, factible de ver en otra parte, pero agradable, me dolió que las mesas para cuatro fueran viejas puertas cortadas en la mitad, nos atendió un muchacho de unos veinte anos, el hijo pensé yo, de pura tincada, después paso un chef gordo y pelado, el papá debe ser, por ahí había un cabro chico, no recuerdo bien pero vestido de colegial me parece, será el hijo menor, hasta que se acerco a nuestra mesa una señora de delantal, obvio la mama, que nos contó que eran de Valparaíso, y que lo que querían hacer era cocina latinoamericana de autor, por que así son ellos, pues eso es lo que comen, y me dejo claro que no era comida Punta Arenense cuando le consulte, y también no frita, liviana y que si se pudiera habrían hecho la carta 100 % vegetariana.
Siempre he pensado que lo importante es que el sabor sea lo que manda, pero que si la presentación es bonita, el sabor es mas rico. la Directora chaperona parecía una cabra chica, no tenia prudencia en poner cada cara de asombro y llevarse las mano tapándose la boca, cuando pasaban los platos para los comensales que llegaron antes, se presagiaba que la comida iba a estar buena. Pedí una merluza con risoto de quínoa, la que lamentablemente sirvieron con el papel alusa en el plato, no lo entiendo, es como si te pusieran la olla en el plato, es evidente que la tienen que sacar del paquete y ponerla en el plato antes de llevarla a la mesa, bueno lo hice yo y vertí el jugo quedo un merluza a las finas hierbas en un espejo de su salsa con una torre de risoto de quínoa, el risoto rico, cremoso, la quínoa exquisita, no sé porque no la como mas, hace tiempo que cache que me gustaba a la Directora chaperona le trajeron una variante contemporánea del viejo pernil con chucrut alemán, que afortunadamente por trocitos pude catar, estaba bien sabroso. Acompañado con una cerveza artesanal de la zona, estábamos convencido que nuestro colega puntarenense tenia buenos datos y había que ir por los otros dos, la programación del Congreso no lo permitió en ese momento, pero no se salvaran por ahí estaremos.
El Sábado en la mañana al fin fue mi día en Punta Arenas, desayunar y a recorrer, por donde un paso lleva al otro, eso siempre es sabio me llevo a un muelle, de ahí a una playa nevada del estrecho, de ahí a un barrio en el que desemboque en la casa azul donde por un rato vi una instalación sobre el paisaje y lo frágil de la patagonia, interesante pero largo, de ahí mis pasos me llevaron a una orfebre local de la cual unas muestras hoy lucen la Any y la Elisa, volví a llegar a la calle Boris, la pude conocer de día (la comercial de antes), y cuando estaba a punto de tomarme un cafecito con un strudel de manzana me llaman porque Ohri una anciana que va en nuestra delegación se había caído y temíamos que se hubiera roto un hueso, bueno en eso termino el viaje a Punta Arenas, en conversar la caída de la Ohri y ya volver, se quedaba la directora con ella y el resto regresábamos, nuevamente el aeropuerto y nuevamente el pensamiento de que en la región hacen cualquier mamarracho.Interesante Punta Arenas, mucho queda por escribir, un árbol chueco de la plaza, el dedo del indio, el Museo Regional (otra casona) con un subterráneo muy interesante, las calles escarchadas, el Mauricio Quercia y sus sueños de travesías, las esculturas del dire de cultura local (interesantes), el cementerio espectacular con unos árboles podados que parecen los dedos de irarrazaval, Un río seco que cruza la ciudad, El estrecho pacifico y sin olor a Mar, y tantas cosas mas.