una ola de nieve

El domingo dieciocho de Mayo no se pudo viajar a Coyhaique, la primera nevazón se dejo caer con ganas, tanto que en el aeropuerto, me dijeron que no podía ni esperar a que mejorará la condición, el Aeropuerto de Balmaceda estaba cerrado, así es que mejor volverse a la casita, el departamento de la Pipe en mi caso.
Cuando me vine a la región, una de las primeras cosas que aprendí es que para el veintiuno de Mayo siempre nevaba, me parece que los cinco o seis primeros años fue preciso, el veintiuno de Mayo nevó en ocasiones poco en otras harto. Con el tiempo esta tradición climática se perdió, es más ya estábamos acostumbrándonos a no ver nieve en la ciudad, y para mi eso era algo triste, pues me gusta harto la nieve y el frío.
Este año partió bien, la nevazón que no dejó viajar fue grande, no heló eso si, por lo que la nieve ya se derritió y quedan pocos rastros de ella.
Las fotos muestran un fenómeno interesante que se forma en uno de los techos de la casa, una gran ola invertida de nieve, toda la que se acumula en el techo comienza a deslizarse, a caer, se mantiene como una gran masa que la gravedad e imagino la estructura molecular de la nieve, va curvando poco a poco pero tanto que se alcanza a formar una media circunferencia, es un espectáculo.Otro dato interesante, Felipe me dijo que no existían dos copos de nieve idénticos, parece que tiene y no tiene razón, si bien en http://es.wikipedia.org/wiki/Nieve indica que el concepto es incorrecto, al mismo tiempo califica de inverosímil que dos copos de nieve puedan ser idénticos, queda para divagar e investigar más.